Gratamente sorprendida quede en el 2007 mientras presionaba incesantemente el botón de cambio de canal del control de la television, pues ¿que programa era mas aburrido?...típico de los sábados en la noche, cuando todos están rumbeando y otros nos tenemos que quedar en la casa...en fin.
Desde que tengo memoria me ha llamado poderosamente la atención la cultura oriental. Sin animo de faltar al respeto a nuestra cultura, me parece que los orientales son mas desarrollados en infinidades de cosas con las que nosotros nada que hemos podido; que mejor ejemplo que mencionar todos los ritos de la nueva era que nos regalan la paz que nuestra cultura no a podido brindarnos, o las peleas y escenas de acción de las películas que nos entretienen, exportadas de Asia. Pero lo que en definitiva casi no pude creer fue el impactante vídeo musical incluido en un película que recibe el nombre de ASOKA, película india sobre la vida de unos de los emperadores mas grandes de Asia. Mi primera película Hindú.
No se si estaré loca, o todavía sigo siento mentalmente una niña, pero miento si digo que me gusta como esta el mundo, especialmente como se manejan el amor.
Mientras crecía tuve ejemplos de amores verdaderos, de esos que aunque no crean solo aparecen en peliculas; vi television bastante recatada y permanecí hasta bien entrada en mi pre adolescencia sin ver mayor cosa del mundo, hasta que, como todo se acababa, ese ciclo termino. Sallí al mundo a estrellarme con la primera pared de concreto complacto. Muchos años después y a la fuerza, me vio obligada a aceptar el mundo como era, pero ¿a quien voy a engañar?, jamas pude pasar la primera pared, y aun cuando sabia que no podía cruzarla me seguía estrellando cada vez con mas fuerza. Quería un amor de los que en mi infancia había visto, de esos que no se por que, mi corazón aclamaba; quería una amistad sincera, ciega, de leyenda, pero estaba buscando en el lugar equivocado, en la época equivoca, o en la cultura, pues como dije, esa noche, después de ver ese vídeo del que jamas pude quitar los ojos; sobre la aceptacion que jamas, fue verdadera aplomó la esperanza. La esperanza de que un beso nunca es tan revelador como un mirada, de que no se necesita mas que el roce de unos dedos para sentir lo mismo que se siente con las elaboradas caricias mecánicas.
Aquella película, y las demás hindúes que vi- la siguiente mas estremecedora que la anterior- me mostraron, que existe un lugar del mundo donde aun habita la sensibilidad, pues parece que de este lado las caricias, los besos y la intimidad, tiene que ser cada vez mas elaborada, mas salvaje y recurrir a estimulaciones extremas, como si con la pequeñas caricias ya no se sintiera nada.
El cine hindú me mostró lo grandiosa que puede ser un película y los emocional y vibrante de un amor sin que halla un solo beso, pues el respeto, el hablar de amor, el mirar como si nada mas existiese en el mundo mas que sus ojos, y la sensualidad, sin sexualidad, y la pasión sin sexo aun existen y aun hacen temblar.
Bienvenidos a la magia de Bollywood.